Para la construcción de la ciudadanía es importante anticipar la participación del Estado Constitucional de Derecho de manera correcta. Este se funda, principalmente, en el imperio de la ley; es decir, equivale a que todos los ciudadanos y todas las ciudadanas deben respetar lo que señala el Poder Legislativo porque éste representa la voluntad popular de la ciudadanía. Además, el elemento escencial reposa sobre las acciones de quienes tomen el poder, porque el Estado Constitucional de Derecho limita por excelencia la actuación estatal, y deberá respetar los límites con la ciudadanía. De esa manera, el Estado Constitucional de Derecho brinda la garantía a la ciudadanía para poder gozar de una condición jurídica/política que vele por el cumplimiento de las leyes y normas que rigen en la vida cotidiana.
Desde el periódo de Gobierno de Fernando Belaúnde Terry, es que la situación económica del Perú empieza a entrar en una etapa de recesión, pasando por el Gobierno de Alan García, donde la crisis se agravia y crea un sesgo de calidad de vida entre los ciudadanos rurales y ciudadanos de la capital. La gran inestabilidad político/económica propicia, mas que nada, que los derechos y deberes de todos los ciudadanos se dejen a un lado, con el fin de enfocar los esfuerzos políticos para salvarguardar la crisis económica, pero siempre, poniendo por encima el bienestar de la "burguesía" sobre los "marginados".
Se podría decir que en esa época se vivió una gran crisis económica profunda; sin embargo, la verdadera crisis se funda en la gran diferencia, no sólo por las diferencias propias de los ciudadanos, sino de los derechos que deberían gozar. Es por ello válido preguntarse a uno mismo, ¿cómo un Gobierno Central totalmente debilitado, con incompatibilidad de objetivos entre los diferentes Poderes, y la crisis económica, poder proteger a una ciudadanía, y más aún, dar ejemplo de una correcta ciudadanía?
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