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El verdadero significado de ciudadanía

"Dos días despues, Sendero Luminoso hacía detonar otro "coche-bomba" en Villa El Salvador. La marcha conjunta que realizaron sus pobladores y los de Miraflores fue el símbolo de una conciencia solidaria ante el terror: miles salieron a las calles a expresar su rechazo a la violencia". Y de esa manera termina la breve descripción de la sección del atentado Tarata en el Museo de la Nación.


Oswaldo Cava Gárate porta la foto de su hijo Pedro Cava, fallecido en el atentado de la calle Tarata, Miraflores

Ahora si es posible mostrar el video central del atentado en Tarata, el cual refleja con mayor exactitud los sucesos y consecuencias inmediatos del atentado. Se pueden observar imágenes, que muy dificilmente, uno por cuenta propia empieza a visualizar de manera analítica: Atentado de Tarata, Perú - Sendero Luminoso.

Para poder llegar a este término, hemos recorrido por conceptos igual de importantes que complementan la ciudadanía. Ésta es una forma de organización política compuesta por ciudadanos y ciudadanas que comparten de manera igualitaria un conjunto de derechos y deberes. Los derechos consisten en los beneficios y las garantías políticas que brinda un Estado a sus ciudadanos; y los deberes, se remiten a los comprmisos y a las obligaciones que señalan las leyes elaboradas por los propios ciudadanos. Estos deben ser concientes de que participan de un colectivo mayor, en donde la identidad de uno se interrelaciona con las otras identidades de la ciudadanía.

Mas allá de los agentes del Gobierno y Sendero Luminoso, para la construcción de la ciudadania es importante recalcar la coexistencia de los ciudadanos rurales y ciudadanos de la capital que tanto hemos estado mencionando. A raíz del atentado en Tarata, es que se logra unificar dos realidades distintas pero que tienen un problema en común: la perturbación de la paz que por derecho merecen. Esto se debe a que como ciudadanos deben ser ajenos al confrontamiento entre el Gobierno y Sendero Luminoso, es decir, aclaman por el cese de las víctimas de las matanzas y atentados en toda la realidad peruana.

Pero, nos preguntamos también, ahora ¿qué ha quedado de toda esa solidaridad y comunión de clases? si es cierto que la Marcha por la Paz de 1992 en Miraflores mostró signos inéditos de solidaridad y aceptación mutua entre los pobladores de un barrio popular y uno de la antigua "élite" limeña, es cierto que también que, desvanecido el enemigo que los unía, estas expresiones integradoras y solidarias no se han preservado o repetido, o al menos, no públicamente o de manera emotiva.

La Marcha por la Paz encabezado por los ciudadanos de Miraflores y Villa El Salvador, de manera unida e igual, permitió, en un momento de miedo y de injustia social, prevalecer el concepto de ciudadanía, y que éste es una realidad ideal que todo Estado Constitucional de Derecho busca.

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