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La igualdad y la libertad, dos conceptos de igual magnitud

Ahora que se pueden identificar a tres agentes partícipes del atentado en Tarata, y de su contexto del terrorismo en el Perú, es que se pueden empezar a analizar tanto de la igualdad y de la libertad. Estos tres agentes son: el Gobierno de turno, Sendero Luminoso y los ciudadanos y ciudadanas indiferentemente si son de provincia o de la capital.

Respecto de la igualdad, es una condición por la cual los tres agentes son dignos de respeto, independientemente de las peculiaridades que puedan tener; de ello se desprende el reconocimiento de la igualdad entre dichos agentes, es decir, que un agente acepte al otro como semejante. Esta igualdad no debe desligarse de las diferencias significativas que cada uno de los agentes refleja. Sin embargo, esto solo se puede apreciar, para el caso del atentado en Tarata y su contexto, en teoría mas no en la práctica.

En base a que todos gozamos de los mismos derechos y deberes en un espacio conducido por el Estado Constitucional de Derecho y sus normas y valores comunes, Sendero Luminoso mantuvo como pilar de su movimiento, la inequidad de derechos y deberes que "gozaban" los ciudadanos y ciudadanas rurales en esa época. Pero dicha inequidad no se trataba que a los ciudadanos de provincia abandonadas no se les reconociera sus derechos y deberes, sino que a pesar de que el Gobierno, como ente encargado de velar por el bienestar de todo el territorio nacional, no ponía en práctica la valoración que merecen los ciudadanos rurales a pesar de las diferencias que puedan existir con los ciudadanos de la capital. Es éste el punto emergente que causa el quiebre de la igualdad de derechos y deberes.

Ahora, una vez explicada la supuesta igualdad que deben existir entre los agentes, es que se da un paso hacia la libertad. Sendero Luminoso ante la inequidad de derecho y deberes es que decide actuar de manera insurgente por un balance justo; sin embargo, esta insurgencia actua de manera extremista, como previamente hemos explicado, buscan imponer y difundir su ideología, y de ser necesario, como lo han demostrado, el uso de violencia a costa de la muerte de ciudadanos inocentes, como lo es el caso de Tarata, con tal hacer valer su objetivo. La libertad, como bien se define, implica la facultad que todos los agentes tenemos para poder actuar por decisión propia; no obstante, este debe prevalecer bajo el principio del daño, es decir, toda acción resultante de una decisión propia, no debe afectar a los demás agentes. Claramente, esto último, no sucede. El principio de daño se corrompe en su totalidad, violando todos los derechos de los ciudadanos, forjando de esa manera un conflicto estratégico y armado entre el Gobierno y Sendero Luminoso; esto se puede entender como diversas acciones ajenas a los ciudadanos rurales y de la capital, donde efectivamente, involucran la seguridad y la paz en la convivencia de una ciudadanía. Abimael Guzmán y el Partido Comunista del Perú - Sendero Luminoso, veían lo que el Gobierno Central no quería aceptar, una realidad totalmente diferente entre las diversas regiones del Perú; es ésta diferencia la que da inicio a una injusticia social.


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